Carne suave de noble cuna,
nacido entre sedas de blanca luna,
ella le mece callando el llanto,
quietas las voces… ¡va para santo!
¡Qué lindo el niño de Don Servando…!
¡Nacido libre, nacido hablando…!
Su madre rubia, tonta y coqueta,
de padre rico su casta ostenta,
es más que otros, tiene realeza,
en unos años pondrá sentencias
¡Qué listo el chico de Don Servando…!
¡Nacido rico, nacido hablado…!
Cuarenta años cumple, y luce alegre,
muy limpio y torpe… ¡no hay más que verle!
A las diez levanta, cumple sus fiestas,
pero antes almuerza a mesa puesta
¡Qué guapo el mozo de Don Servando…!
¡Nacido pulcro, nacido blanco…!
Un buen marisco, blanca ternera,
caliente el pan, sabrosas setas,
ricas menestras, dulces de Estepa,
y, entre plato y plato, vino en receta
¡Qué bueno el hijo de Don Servando…!
¡Nacido casto, nacido santo…!
Copa de brandy, un buen cigarro,
charla en familia servido el té,
una partida de bacarrá y darle al tarro
sobre política y religión… ¡Habráse ver…!
Y, después, por fin, resuelto el mundo,
la bien ganada… ¡la dulce siesta!
¡Qué vago el zote de Don Servando…!
¡Nacido rico, nacido vacuo…!
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