─Quizás podrías ser.
─Empero no siento…
─Ahora da igual.
─¿Es por pensar?
─No, no es por pensar; inquietas pero no piensas.
─¿Entonces soy o no soy?
─Diríamos que… casi eres. ¡Corre…, no pares!
─Eso quiere decir que algún día seré… ¿no es así?
─Si Dios quiere…, solo si Dios quiere…
─¿Y si no…?
─Casi morirás.
─No muere lo que no “es”… no me da miedo.
─Porque no sientes. Tú “casi” eres; ya te lo he dicho.
─Todo es misterio… me abrumas.
─La vida es misterio, sombras y miedos…
─¿Por qué llevamos esta carrera?
─Por lograr “ser”.
─Todo está oscuro… no veo el fin.
─No puede ser… no tienes ojos… aún.
─Siento la meta.
─Tampoco, amigo. Tú no lo sientes… el timón te empuja.
─Ya hemos llegado…, juntos, miles de miles y en pelotón.
─Pero has perdido… os he ganado por cuerpo y medio.
─Creo que sobro… amigo, hermano…
─No te preocupes… yo ya me ocupo de lograr “ser”. Tú ya has cumplido.
─¿Y los demás?
─Lo mismo harán, ya no “serán”.
─Felicidades… Que crezcas fuerte, sano y feliz, querido Esperma…
─Tozoide soy… por poco tiempo.
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