Él

Él, que se cree exuberante de ideas, ausente de faltas, melódico poeta…

Él, que nació envuelto en el transparente tejido de la clarividencia…

Él, que no adopta decisión alguna sin alcanzar antes la perfección eterna…

Él, que vacía el mundo de las mejores ideas…

 

Él, que ensalza el blanco papel con la locuacidad de sus temas…

Él, que inyecta de bellas mujeres sus amores en vena…

Él, que repudia lo extraño sin vergüenza ajena…

Él, que castiga al pretendiente cuantas veces yerra…

 

Él, que ofrece al paciente su censura lega…

Él, que apenas dormita cuantas veces sueña…

Él, que no ofrece su ayuda sino crítica ciega…

Él, que sólo conoce las noches serenas…

 

Él, él, él…

Él, queridos todos, es el petulante…, el clásico pelma.

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